A lo largo del siglo XIII, tras la
conquista cristiana por parte del rey Fernando III el Santo y su incorporación
al reino de Castilla y León, Córdoba protagonizó un importante cambio urbano.
Así, se levantaron catorce iglesias parroquiales, la mayoría sobre anteriores
mezquitas de barrio, que por la época de su levantamiento son conocidas como iglesias fernandinas o de estilo
fernandino, una transición entre el románico y el gótico. Siete de ellas se
construyeron en la zona de la ciudad llamada la Villa y las otras siete en la
Axerquía, cada una articulándose como centro de un barrio o collación.
La parroquia de San Nicolás de la
Villa es una de esas siete construidas en la zona occidental de la ciudad, y se
bautizó así para diferenciarla de la de San Nicolás de la Axerquía. Este templo
fue desde entonces y hasta la actualidad cabeza del barrio homónimo que la
circundaba.
Nave central y Altar Mayor de San Nicolás
Es una iglesia estructurada en tres
naves y como todas las iglesias medievales están orientadas con el altar hacia
el este, hacia oriente. En el exterior destacan el pórtico sur o de la
epístola, el rosetón que describe su fachada oeste y el campanario construido
en tiempos del obispo don Íñigo Manrique de Lara, como atestigua su escudo de
armas, a finales del siglo XV (1496). Éste tiene la particularidad de ser
cuadrado en su base pero octogonal en su cuerpo principal. Ya en época
renacentista se reconstruyó la puerta de la fachada norte, reforma realizada
por el arquitecto cordobés Hernán Ruiz II, y sobre ella se halla una hornacina
que alberga la escultura del santo de su advocación.
Torre campanario octogonal de 1496, con el blasón del obispo don Íñigo Manrique de Lara
El interior se articula a través de
su nave central, más alta, y separada de las dos laterales por arcos apuntados,
todos de factura original medieval. No obstante, el altar mayor fue realizado
en pleno Barroco, por Jorge Mejía, en el pan de oro propio de la época y con la
decoración de motivos vegetales y columnas salomónicas tan usuales entonces.
Aquí también se representa una imagen de San Nicolás, en el centro, y completan
la imaginería del retablo esculturas de San Miguel y San Rafael, y un Cristo
acompañado de la Virgen y San Juan.
Órgano barroco situado en la nave central
Además, en la iglesia destacan
otros rincones y altares dignos de mención. En el lado opuesto al altar mayor,
en la nave central, se ubica el coro construido en 1772 y por cuyo
emplazamiento se suprimió la puerta central original que existió hasta entonces
a los pies de la iglesia. Justo a la izquierda de la puerta norte de la iglesia
se ubica la capilla bautismal renacentista sin comparación en Córdoba. Es una
factura también de Hernán Ruiz II, de 1555, y patrocinada por el obispo
Leopoldo de Austria, de cuyo pontificado en Córdoba se conservan en esta
parroquia dos escudos de armas policromados. Existe la tradición de que en
ella, o a caso por coherencia temporal en la que hubiera anteriormente a ella,
se bautizaron Álvaro Zamorano – Beato Álvaro de Córdoba- o don Gonzalo de
Córdova, el Gran Capitán. Pero es convenido que la Historia ha demostrado que
ninguno de estos dos personajes nació en Córdoba capital, por lo que es tan
sólo una leyenda popular.
Al lado de la capilla bautismal se
encuentra el altar del lado del evangelio, dedicado a San Bartolomé, aunque lo
vemos presidido hoy por una imagen de San Francisco de Paula, procedente del
desaparecido convento de la Victoria. Es de factura dieciochesca y alberga
pinturas de Sebastián Martínez representando a San José, San Martín y un
Crucificado. Sobre el retablo se ubica un cuadro heráldico que recuerda el
patrocinio de este altar de los marqueses de Villacaños de Moclín, de los
linajes Córdova, Cárcamo, Mesa, Mendoza y Figueroa.
Escudo de armas de los marqueses de Villacaños de Moclín, sobre el retablo de San Bartolomé
Al otro lado del templo, junto a la
puerta sur, se ubica un altar que alberga las dos imágenes titulares de la
hermandad de la Sentencia: Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, imagen del
siglo XX obra de Juan Martínez Cerrillo, y la anónima imagen barroca de María
Santísima de Gracia y Amparo, recuperada y restaurada en la contemporaneidad.
Esta cofradía desfila el Lunes Santo en la Semana Santa de Córdoba. Sin
embargo, la imagen que más devoción del pueblo suscita en esta parroquia de San
Nicolás es un corpulento San Judas Tadeo emplazado en altura a los pies de la
torre, en el interior de la nave izquierda.
María Santísima de Gracia y Amparo, sobre su paso, en Lunes Santo
La parroquia posee así mismo un
modesto pero interesante archivo y tesoro. En él destaca un arca eucarística
realizada por Damián de Castro en la segunda mitad del siglo XVIII, así como su
archivo de libros parroquiales. Los libros de bautismos principian en 1553, los
de matrimonios en 1564 y los de defunciones en 1592.
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